LA HISTORIA DEL TELICA
En el fondo del mar de las costas huarmeyanas, existen barcos hundidos según las leyendas y los comentarios de los pescadores, de ahí esa famosa leyenda en el pueblo, donde se dice de las apariciones de una gran campana de oro, con su tañido doloroso y encantador en el lugar denominado “EL Boquerón”; de esa historia sea dicho mucho, incluso cuentan que aventureros pescadores han sido tentados para animarse a sacar del fondo del mar a la atractiva campana, que en tiempo de luna llena, su resplandor de oro puro, enceguece el corazón y la mente de quien tiene la suerte, mala suerte diría, de oírlo; ese sonido embrujador convida a tirarse por ella, teniendo consecuencias trágicas para su salud física y emocional, que le marcan toda su vida. La campana embrujadora del Boquerón, -según cuentan los antiguos pobladores- es el resto de uno de esos barcos hundidos en el mar, enfrente de la costa huarmeyana; a esos trágicos acontecimientos de barcos hundidos, recurre ERZ para aportar a través de su relato, lo interesante, lo magnético y lo mágico que son esas historias, para que desde ahí vaya creando leyendas y mitos o coadyuvando al crecimiento de las existentes en el pueblo y de esa manera también confabular con el lector algunos hechos que la historia lo registra como real; El velero “Telica”, que según ERZ, fue un velero transformado “el año 1829… en el Puerto de Guayaquil, adaptándole una maquinaria que se había traído de Europa. El “Telica” hizo su primer viaje de Guayaquil al Callao, trayendo carga y pasajeros. Lo Piloteaba su mismo dueño y armador el Capitán Metrovich.”…
EL ALGODÓN EN “LOS TESOROS DE HUARMEY”
Cuando Antonio Raimondi, hizo su paso por Huarmey y luego plasmó sus experiencias de su visita, en el libro: “EL DEPARTAMENTO DE ANCASH Y SUS RIQUEZAS MINERALES”, nos daba cuenta de un pueblo “aislado”, de muy poco tráfico y que “casi todo su comercio se hace por mar, siendo Huarmey una caleta habilitada por la que se exporta fruta, carbón y leña”; ésta descripción nos dice mucho sobre las primeras acciones de la novela “Los tesoros de Huarmey”, considerando que Raimondi escribió su libro en 1872. “En el mes de marzo del año pasado de 1871…” dice en una de sus páginas, refiriéndose a las “inundaciones que destruyeron en parte el pueblo de Huarmey…”; Desde aquel 1872 hasta 1914, año en que se inicia el desarrollo de la novela “Los tesoros de Huarmey”, las actividades económicas del pueblo, seguían haciéndose por mar: “Prolongada, primero como el mugir de un toro, después como el relincho de un caballo, la sirena del vapor-correo, desveló el dormido valle”. (Pág. 5) es así como ERZ inicia su novela “Los tesoros de Huarmey” para luego señalar que “Los viajeros de esa madrugada, jóvenes alegres, con las bolsas repletas de dinero, de casa en casa preguntaban:-¿tiene Ud. algodón?” (Pág. 8). Está claro que todavía el comercio se seguía moviendo a través de los barcos a vapor, muy de auge en aquella época…
(Fragmentos del ensayo inédito: “Breve estudio sobre “Los tesoros de Huarmey” y su relación con la historia peruana” de Heber Ocaña Granados)
En el fondo del mar de las costas huarmeyanas, existen barcos hundidos según las leyendas y los comentarios de los pescadores, de ahí esa famosa leyenda en el pueblo, donde se dice de las apariciones de una gran campana de oro, con su tañido doloroso y encantador en el lugar denominado “EL Boquerón”; de esa historia sea dicho mucho, incluso cuentan que aventureros pescadores han sido tentados para animarse a sacar del fondo del mar a la atractiva campana, que en tiempo de luna llena, su resplandor de oro puro, enceguece el corazón y la mente de quien tiene la suerte, mala suerte diría, de oírlo; ese sonido embrujador convida a tirarse por ella, teniendo consecuencias trágicas para su salud física y emocional, que le marcan toda su vida. La campana embrujadora del Boquerón, -según cuentan los antiguos pobladores- es el resto de uno de esos barcos hundidos en el mar, enfrente de la costa huarmeyana; a esos trágicos acontecimientos de barcos hundidos, recurre ERZ para aportar a través de su relato, lo interesante, lo magnético y lo mágico que son esas historias, para que desde ahí vaya creando leyendas y mitos o coadyuvando al crecimiento de las existentes en el pueblo y de esa manera también confabular con el lector algunos hechos que la historia lo registra como real; El velero “Telica”, que según ERZ, fue un velero transformado “el año 1829… en el Puerto de Guayaquil, adaptándole una maquinaria que se había traído de Europa. El “Telica” hizo su primer viaje de Guayaquil al Callao, trayendo carga y pasajeros. Lo Piloteaba su mismo dueño y armador el Capitán Metrovich.”…
EL ALGODÓN EN “LOS TESOROS DE HUARMEY”
Cuando Antonio Raimondi, hizo su paso por Huarmey y luego plasmó sus experiencias de su visita, en el libro: “EL DEPARTAMENTO DE ANCASH Y SUS RIQUEZAS MINERALES”, nos daba cuenta de un pueblo “aislado”, de muy poco tráfico y que “casi todo su comercio se hace por mar, siendo Huarmey una caleta habilitada por la que se exporta fruta, carbón y leña”; ésta descripción nos dice mucho sobre las primeras acciones de la novela “Los tesoros de Huarmey”, considerando que Raimondi escribió su libro en 1872. “En el mes de marzo del año pasado de 1871…” dice en una de sus páginas, refiriéndose a las “inundaciones que destruyeron en parte el pueblo de Huarmey…”; Desde aquel 1872 hasta 1914, año en que se inicia el desarrollo de la novela “Los tesoros de Huarmey”, las actividades económicas del pueblo, seguían haciéndose por mar: “Prolongada, primero como el mugir de un toro, después como el relincho de un caballo, la sirena del vapor-correo, desveló el dormido valle”. (Pág. 5) es así como ERZ inicia su novela “Los tesoros de Huarmey” para luego señalar que “Los viajeros de esa madrugada, jóvenes alegres, con las bolsas repletas de dinero, de casa en casa preguntaban:-¿tiene Ud. algodón?” (Pág. 8). Está claro que todavía el comercio se seguía moviendo a través de los barcos a vapor, muy de auge en aquella época…
(Fragmentos del ensayo inédito: “Breve estudio sobre “Los tesoros de Huarmey” y su relación con la historia peruana” de Heber Ocaña Granados)
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